Monseñor Antonio Algora presidirá la Eucaristía por el XXIX aniversario del fallecimiento de D. Abundio García Román, Fundador de las Hermandades del Trabajo

El próximo viernes 30 de noviembre se celebrará la Eucaristía del XXIX aniversario del fallecimiento de D. Abundio García Román, Siervo de Dios y Fundador de las Hermandades del Trabajo

La Misa tendrá lugar a las 19 horas en la Capilla de Hermandades del Trabajo-Centro de Madrid, Raimundo Lulio, 6. Monseñor Antonio Algora, Obispo emérito de Ciudad Real y Obispo asesor de las Hermandades será el encargado de presidirla.

Posteriormente,  la Fundación informará de sus últimas gestiones y la situación en la que se encuentra el proceso de canonización Don Abundio García Román.

Sobre Don Abundio García Román

Abundio García Román nace en Jaraicejo (Cáceres), el 14 de diciembre de 1906. Es el tercer hijo de una familia de modestos labradores que pronto emigró a Madrid. Tras unos estudios brillantes, es ordenado sacerdote en junio de 1930.

En 1931, se hace cargo de un Patronato de enseñanza que contaba con un colegio en el Barrio de Entrevías. Allí, entró en contacto con los trabajadores y sus familias, con sus padecimientos y con sus anhelos. También sintió con dolor el rechazo que estos tenían a Cristo.

Aquella experiencia entre trabajadores y obreros que estaban alejados de Cristo y la persecución vivida en nombre de la fe cristiana durante la contienda civil, lejos de marcar negativamente al joven sacerdote, puso en él el germen de una vocación que se desarrolló a lo largo del tiempo como entrega y servicio al mundo del trabajo.

Nacimiento de las Hermandades del Trabajo

Terminada la contienda, el obispo de Madrid, Eijo Garay, le nombra consiliario de la Acción Católica del Trabajo.  Al poco tiempo asesor eclesiástico en la Delegación provincial de Sindicatos de Madrid.

Su actividad apostólica con los trabajadores le causó muchos problemas. Las reacciones en contra suya fueron grandes tanto desde la Organización Sindical de entonces como de sus compañeros sacerdotes; pero él siempre se mantuvo fiel a la encomienda recibida de su obispo

En los años 60, apoyado en los nuevos aires apostólicos que trae el Concilio, impulsa a los militantes de las Hermandades a un compromiso cristiano más exigente.

En sus alocuciones, no faltan la referencia a los textos conciliares para subrayar la vocación y espiritualidad específica de los seglares y su responsabilidad en la transformación de las estructuras laborales y la instauración del orden temporal en Cristo.

Viaje a América

En 1961, animado por su Obispo, D. Casimiro Morcillo, D. Abundio llevó la obra de Hermandades al otro lado del Atlántico, con esto daba cauce a su espíritu universalista. En ese primer viaje, durante tres meses y acompañado por un pequeño grupo de apóstoles seglares, visitó una docena de países.

En 1968, con ocasión del Congreso Eucarístico Internacional y la visita del Papa Pablo VI a Bogotá (Colombia), promueve y preside allí la primera Asamblea Hispanoamericana de las Hermandades del Trabajo. La segunda se celebrará años más tarde, en 1972, en Lima, será su último viaje a Hispanoamérica.

En sus últimos años de vida, y ya desde su retiro, propugnará la reactivación e impulso de la Hermandades en América y respalda la convocatoria de un nuevo encuentro Hispanoamericano, el cual se celebra un mes antes de su fallecimiento.

En 1977, al poco de cumplir los setenta años, presentó su dimisión como consiliario diocesano del Centro de Madrid al entonces obispo de la diócesis, el Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón.