Adiós a D. Tomás Priego Martínez, viceconsiliario de HHT Madrid, que falleció el 19 de agosto, a los 79 años, en Madrid.
D. Tomás nos ha dejado, de repente, sin esperarlo, este 19 de agosto. Sirva este texto, junto a su última colaboración en nuestra revista, como
homenaje a un sacerdote enamorado del Señor, fiel a la Iglesia, de talante moderno e integrador.
A través de los distintos espacios formativos de los que se encargó en HHT Madrid durante estos años -Catecumenado, Formación Litúrgica, Antropología cristiana, Retiros Espirituales-, como sacerdote y como persona, acompañó a la gran familia de Hermandades.
D. Tomás nació en Fuentes (Cuenca) el 14 de febrero de 1946, fue ordenado sacerdote en 1970 en la catedral de Cuenca y vinculado permanentemente a la Diócesis de Madrid desde 1988. Ejerció su labor pastoral en distintas parroquias: Fue Párroco de Villar del Olmo (1980-1985); Párroco de Tielmes de Tajuña (1985-1990); Vicario parroquial de Santísima Trinidad (1990-1993); Arcipreste de Santísima Trinidad (1991-1993); Párroco de Padre Nuestro (1993-2021). Desde 2021
Era licenciado en Teología Pastoral por la Facultad de los jesuitas en Cartuja (Granada) y Diplomado en sexología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Trabajó la pastoral en todas las áreas de la parroquia: formación bíblica de jóvenes y adultos y en la creación de catecumenados de adultos.
Jubilado desde noviembre del año 2021, colaboraba como Viceconsiliario Diocesano de Hermandades del Trabajo.
Entre sus destinos, figuran los siguientes:
Nació el 14/02/1946 en Fuentes (Cuenca). Fue ordenado sacerdote el 24/12/1970 en Cuenca. Incardinado en Madrid en 1988. Fue Párroco de Villar del Olmo (1980-1985); Párroco de Tielmes de Tajuña (1985-1990); Vicario parroquial de Santísima Trinidad (1990-1993); Arcipreste de Santísima Trinidad (1991-1993); Párroco de Padre Nuestro (1993-2021).
Descanse en paz. El Funeral será el 18 de septiembre, a las 19:30 horas, en nuestra Capilla. Presidirá D. Juan Antonio Álvarez Sánchez, Obispo Auxiliar de Madrid,
ANTROPOLOGÍA Y CRISTIANISMO
Lo nuevo es nuestra herencia, es lo que esperamos
Por Tomás Priego Martínez, viceconsiliario de HHT Madrid
Quien nos dice que se entiende directamente con Dios mientras aplasta al hombre, miente acerca de Dios y del hombre.
Quien dice que de Dios no entiende mucho, pero ama a su hermano, ese conoce a Dios de verdad porque ama; y es por eso que las religiones han de tener tan en cuenta la verdad de que accedemos fundamentalmente a Dios a través del hombre. Dios pasa por el hombre y eso es lo que tenemos que descubrir.
¿Son cristianos los que van por la vida arrasando? No, no lo son.
El hombre es el lugar desde el que se habla con Dios, pero fundamentalmente es el lugar donde se le encuentra.
Que el hombre necesite novedades, lo manifiesta el cansancio de la rutina diaria, pero, al mismo tiempo, la necesidad
de lo nuevo es lo que viene a indicar que somos infinitos.
Dentro de mil billones de años todavía estaremos comenzando. Lo nuevo es nuestra herencia, es lo que esperamos. Este es el destino del hombre: lo eternamente nuevo. El hombre que algún día piense que ya ha llegado, ese día se habrá muerto porque el hombre no llega nunca. El hombre que nunca se contenta con lo logrado no es que tenga afán de novedades, es que le urge la responsabilidad del futuro. Ayer alcanzó una altura y, desde ese peldaño apenas alcanzado, ya divisa otro que le espera y, cuando esté sobre él, vislumbrará otra cumbre nueva.
Siempre hay cumbres nuevas que nos esperan y nos llaman. Por eso el hombre que se queda quieto en lo logrado se fosiliza. No se trata de afán de novedades sino de búsqueda constante: eso es ser hombre de verdad, no detenerse nunca, avanzar desde lo logrado hacia lo que todavía se puede
llegar a ser.