Julio Lastres García es presidente de la Cooperativa y Jefe de Estudios de CES Santa Bárbara, profesor vocacional y padre de familia. Lleva ejerciendo la docencia 30 años y en CES Santa Bárbara, centro privado y concertado cuya titularidad la ostenta la Cooperativa de Enseñanza San Andrés y Santa Bárbara, desde el año 1984. “Ser profesor es también ser un estudiante de por vida.”
Situado en la Plaza de la Paja, 4, en pleno centro de Madrid, el alumnado del Centro refleja la realidad de las familias que viven en la zona: la multiculturalidad y un nivel económico por debajo de la media. Cuenta con una plantilla comprometida y muy implicada en el día a día, aportando los recursos que un alumnado tan heterogéneo va demandando. Tiene, además, una de las pocas aulas de enlace que hay en el centro de Madrid.
El origen del Centro data del año 1984, cuando Hermandades del Trabajo de Madrid cede el proyecto de formación profesional que llevaba a cabo en su edificio sito en Plaza de la Paja y los profesores que hasta entonces trabajaban en él se constituyen como cooperativa de enseñanza y dan forma a un nuevo proyecto de formación secundaria y profesional. En estos momentos cuentan con 492 alumnos.
HHT de Madrid ha firmado con la Cooperativa dos convenios de colaboración, facilitando su labor educativa becando a alumnos, especialmente a aquellos más vulnerables.
En esta entrevista, Julio Lastres nos explica más de la labor de CES Santa Bárbara y del trabajo de los docentes.
Pregunta. Julio, ¿la enseñanza sigue siendo vocacional?
Respuesta. Para impartir clase no es necesario, para ser un buen docente sí. Muchas veces nos encontramos con profesores que a pesar de disponer de la titulación necesaria no poseen la capacidad de crear un vínculo de empatía con el alumno y con la clase; no son capaces de crear ese clima que favorece la comprensión, el intercambio de conocimientos y de opiniones y que convierte la clase en un espacio vivo. En estas situaciones sufren tanto los alumnos como el propio docente. Pero las destrezas y herramientas son más necesarias que nunca.
“Para impartir clase no es necesario, para ser un buen docente sí.”
Un profesor siempre tiene que estar reciclándose, más si cabe en esta era de nuevas tecnologías. Los alumnos, además, juegan con ventaja en este campo y hay que estar en igualdad de condiciones. Además de la tecnología, los programas curriculares tienen que actualizarse continuamente.
P. Entonces, ser profesor es un trabajo doble y obligado, pues también se es un estudiante de por vida, más que en otras profesiones.
R. Así es, pero si tienes vocación es un placer. El docente cada año tiene un reto nuevo, ya que cada grupo es un mundo y varía en cada uno de ellos. Y efectivamente, es un trabajo doble, ya que los profesores debemos estar reciclándonos cada día.
P. ¿Cuáles son los mayores retos que enfrenta un docente como trabajador en la actualidad?
R. El mayor reto es no sucumbir a la burocracia impuesta desde las administraciones; es tiempo que le quitas a los alumnos, que son los auténticos protagonistas, y… a tu familia.
“Cada grupo es un mundo y varía en cada uno de ellos; efectivamente, es un trabajo doble ya que los profesores debemos estar reciclándonos cada día.”
P– ¿Os sentís bien tratados por la sociedad, las autoridades y las familias?
R. Pues aquí, como en todo, hay gente que nos aprecia mucho y otros que por su mala experiencia o desconocimiento de la labor docente nos aprecia menos. Las autoridades nunca miran por el bienestar de los docentes y pocas veces por la de los alumnos, si no ya se habría consensuado una ley de educación entre todos los grupos parlamentarios. El problema de las familias es poder conciliar su vida laboral, familiar y académica de sus hijos.
P. En CES Santa Bárbara tenéis estudiantes de ESO, Bachiller y Ciclos Formativos. ¿Creéis que los programas curriculares se ajustan a las necesidades del mundo laboral al que se incorporarán?
R. Se intentan adecuar, aunque el auténtico problema es que no haya nunca un consenso para implantar una ley de educación entre los diferentes estamentos políticos del Estado. Esto nos hace cambiar de sistema cada cuatro años… un daño muy grande.
“El mayor reto es no sucumbir a la burocracia impuesta desde las administraciones; es tiempo que le quitas a los alumnos.”
P. Vuestro Centro se caracteriza por la multiculturalidad. ¿Cómo se aborda la diversidad en el aula y se fomenta un ambiente inclusivo?
R. Se intenta abordar desde diferentes fases: Fase de acogida o bienvenida, fase de integración social (proceso facilitador de las relaciones entre iguales) y fase de crecimiento personal y académico. A nivel del profesorado, se promueve favorecer la formación del docente y su sensibilidad ante las situaciones de las personas más desfavorecidas.
P. ¿Cómo abordáis la enseñanza en valores desde CES Santa Bárbara y cómo se pondrán en marcha los proyectos de colaboración con Hermandades?
R. La educación en valores es uno de los puntos esenciales en la formación personal del alumno, como punto de partida para que cale es necesario “predicar con el ejemplo”. Que el profesor sea un referente es lo importante. Luego cada docente utiliza diversas herramientas para crear actividades.
Con Hermandades tenemos desde hace unos cuantos años una colaboración muy estrecha que está basada precisamente en valores comunes. Ambas entidades compartimos sinergias que nos llevan a colaborar activamente en diferentes proyectos de formación.
“La educación en valores es uno de los puntos esenciales en la formación personal del alumno, como punto de partida para que cale es necesario ‘predicar con el ejemplo’.”
P. En España contamos con enseñanza pública, concertada y privada, ¿qué crees que las une y diferencia?
R. Las une un objetivo común que es la formación personal y académica del alumno y las diferencia el tipo de gestión.
P. ¿Y a veces los medios económicos con que se cuenta en cada modelo?
R. Lógicamente, los alumnos más vulnerables están escolarizados en su mayoría en el modelo público o concertado. Y esa vulnerabilidad implica en muchos casos una situación familiar de precariedad, desarraigo, familias monoparentales o fracturadas. El universo escolar es mucho más complicado en estos casos, sin desmerecer los que puedan darse en una enseñanza privada, que también cuenta con sus propios casos complicados. El papel de los docentes es importantísimo: reconocer las situaciones más difíciles y saber dar respuesta puede marcar la diferencia.
.”El papel de los docentes es importantísimo: reconocer las situaciones más difíciles y saber dar respuesta puede marcar la diferencia.”
Por Guadalupe Mejorado
La entrevista a Julio Latres ha sido previamente publicada en nuestra revista “A Hombros de Trabajadores”, N.º 8. Junio de 2024, en papel y PDF digital