Por Darío Carrasco Aguilar
El programa de trabajadores migrantes surgió como una iniciativa de Hermandades del Trabajo para ayudar a personas migrantes en situación de vulnerabilidad.
Desde su inicio hace un año, se han ofrecido diversos servicios como orientación laboral, talleres de formación y apoyo psicológico, entre otros. El Programa está enmarcado en el Plan Pastoral e Innovación Social 2021-2025.
El compromiso de Mirian y Josefina en el Programa de Trabajadores Migrantes
Hemos conversado con Mirian Pérez y Josefina López, las dos responsables del Programa, que dedican una parte importante de su tiempo a ayudar a los trabajadores migrantes que llegan a Hermandades. Mirian es trabajadora y Josefina militante, y ambas destacan el impacto positivo que tiene el Programa en la vida de estas personas.
Pregunta. ¿Cómo surgió el Programa de Trabajadores Migrantes?
Respuesta. Josefina: El Programa de Trabajadores Migrantes es una iniciativa que tuvo Hermandades del Trabajo en vista de que, en la actualidad, muchas personas migrantes necesitan ayuda y se encuentran en situación de vulnerabilidad. Hermandades, que hace años tuvo un secretariado de inmigración y que también ha trabajado con Cáritas en el Servicio de Orientación e Información para el Empleo (antiguamente llamado SOIE), ha visto la necesidad de poner en marcha esta iniciativa para colaborar.
De esto ya hace un año, desde marzo del año pasado que comenzó. Llevamos, pues, un año en servicio.
P. ¿Cuáles son los principales servicios que ofrece el programa a los trabajadores migrantes?
R. J. Orientamos a los migrantes en función de sus necesidades. Ofrecemos información con una amplia lista de sitios donde pueden buscar empleo y detalles sobre las condiciones y horarios de esos trabajos. Para que ellos se puedan mover, porque lo importante es ayudarles que la gente se desenvuelva y que busquen. La idea no es darles el pez, sino la caña para que pesquen.
También ofrecemos formación a través de talleres formativos gratuitos, enfocados en lo que van a necesitar para trabajar. Hay mucha demanda de cuidado para personas mayores y niños en Madrid, y en España en general, porque las familias están trabajando y necesitan quien cuide a sus mayores o a sus niños. Además, proporcionamos orientación laboral, psicológica y legal. Les ayudamos a presentar los documentos necesarios y a homologar sus títulos.
¿Cuántas personas se han atendido desde que empezó el programa?
R. M y J- Más de 1200 personas.
P. ¿Podéis contarnos alguna historia de éxito significativa, de alguna de estas personas que haya recibido ayuda por parte del Programa?
R. M- Recuerdo una joven de Perú, que llegó sola, muy deprimida y abatida. Al verla por primera vez, pensé que tenía un problema de salud por su postura encorvada. Pero en realidad lo que tenía era baja autoestima y depresión. Gracias a la acogida y acompañamiento que le brindamos, hoy es una persona que camina recta, mira a los ojos, habla con mucha más seguridad y está trabajando en otra ciudad. Ha salido adelante de esa manera.
También tengo la experiencia de un señor de unos 40 años de edad que no hablaba, casi no se le oía porque estaba muy deprimido, muy abatido. Yo le decía: «Por favor, tienes que hablar más alto porque no te escucho bien». Le hice ver que nadie le iba a dar un trabajo si hablaba así, que tenía ponerle más ánimo, que pensara que no estaba solo, que Dios estaba con él. Para nosotros, que somos una institución católica, el Señor siempre está por delante. Y siempre el Señor es el que nos acompaña y nos guía para poder dar esa esperanza, esa fe.
P. Hoy en día, muchos migrantes están pasando dificultades y no se sienten integrados.
R. J- Debemos ponernos en su piel para entenderlos mejor. Tienen una forma de hablar más suave y nosotros somos más bruscos, por lo que debemos tratarlos con más amabilidad para que se sientan acogidos. Lo importante que debemos de hacer es conocerlos, acogerlos y también orientarlos. Ellos necesitan conocer nuestras costumbres y adaptarse, ya que hay diferencias importantes en la comida y en las costumbres.
Debemos ponernos en su piel para entenderlos mejor. Ellos necesitan conocer nuestras costumbres y adaptarse, ya que hay diferencias importantes en la comida y en las costumbres.
R. M- Desde el punto de vista normativo, necesitamos políticas más inclusivas. España está muy envejecida y necesita a los migrantes. Deberíamos facilitarles la homologación de sus estudios y el
permiso de trabajo. Hay que entender que, si los migrantes están legalizados, pueden trabajar, cotizar a la Seguridad Social y pagar impuestos, beneficiándonos a todos.
La perspectiva de los voluntarios: André y Ketty
El Programa de Trabajadores Migrantes cuenta con el apoyo de voluntarios como André y Ketty, que realizan tareas fundamentales para el correcto funcionamiento del mismo.
André, de 28 años, lleva año y medio en España y su labor se centra principalmente en la organización de talleres y encuentros para migrantes.
P.¿Cuánta gente acude a los talleres?
R. Unas setenta u ochenta personas a la semana.
P. ¿Qué casos te encuentras en tus labores del día a día? Seguro que llegan personas con situaciones complicadas.
R. En la Acogida, que es de lunes a viernes por la mañana, vienen personas con diferentes aspiraciones y necesidades. Algunos migrantes buscan trabajo, otros no tienen dónde vivir y otros necesitan alimento.
P. ¿Qué necesitaríamos hacer nosotros, como sociedad, para que se sientan integrados?
R. Creo que la empatía es fundamental para que los migrantes se puedan desarrollar en España.
Ketty Herrera, de origen peruano, llegó a España hace nueve meses y, tras ser ayudada por el Programa, decidió incorporarse a él como voluntaria en el área de acogida. Se sintió cercana a Hermandades, a su visión y misión. Dando un paso más, se ha estado formando y, desde el 16 de junio, ya es una nueva militante comprometida.
P. ¿Cuál es el principal desafío al que se enfrenta una persona migrante al llegar a España?
R. En realidad, es todo un cambio. Para los latinos, el choque cultural es fuerte y hay, además, muchas situaciones sociales difíciles, como el acceso a la vivienda, el trabajo y la irregularidad. Aunque hablamos el mismo idioma, a veces no nos entendemos. Es importante comprendernos mutuamente. En nuestros países no se logran cubrir ni las necesidades básicas, lo que nos obliga a migrar.
P. ¿Qué sueles hacer en tu día a día como voluntaria?
R. En mi día a día, estoy en el área de Acogida. Allí hago trabajos diversos, especialmente la acogida de las personas que vienen, y ayudo en la organización y programación de los talleres. Colaboro, también, en la parte estadística, verificando cuántas personas han venido, sus necesidades, y cómo Hermandades puede ayudar. Como voluntaria, estoy feliz porque recibo más de lo que doy.
Si quieres contactar con el Programa de Trabajadores Migrantes, dirígete a trabajadoresmigrantes@hhtmadrid.com o llama al 914 473 000 para pedir cita.
Te están esperando.