Somos
El Centro de Madrid de las Hermandades del Trabajo es una asociación de fieles de ámbito diocesano, constituida por y para trabajadores, en comunión con la comunidad eclesial y el Sr. Obispo de la Archidiócesis de Madrid. Está integrada por todos los afiliados incorporados en sus respectivas hermandades. Goza de personalidad jurídica canónica pública y carece a todos los efectos de ánimo de lucro.
Inscrita en el Registro de Entidades Religiosas de la Dirección General de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia con el número 011254.
A quién nos dirigimos
- Afiliados y simpatizantes
- Familia
- Jóvenes
- Mujer
- Tercera edad
- Inmigrantes
- Desempleados
- Trabajadores en general, especialmente a aquellos en situación precaria.
Cómo formar parte de Hermandades
Se puede formar parte de Hermandades con diferentes formas de implicación.
Afiliados: Son las personas que asumen el compromiso de lealtad a las Hermandades del Trabajo, LAS NORMAS de la organización y el pago mensual de la cuota
Simpatizantes: Quienes colaboran en su finalidad y objetivos o con otras formas de cooperación, sin ser afiliados. Podrán serlo los cristianos no católicos e, incluso, los no cristianos, siempre que se respete el espíritu del ideario de Hermandades
Colaboradores: Afiliados que asumen un compromiso de participación activa en Hermandades del Trabajo
Militantes: Mantienen, además, el vínculo de espiritualidad, formación y actuación y se reúnen en el Grupo Apostólico de su Hermandad y asumen compromisos de acción en consonancia con el Ideario y el carisma de Hermandades.
Misión
La misión del Centro de Madrid de las Hermandades del Trabajo es la evangelización de los trabajadores, de sus familias y de sus ambientes, con el anuncio explícito de Jesucristo, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia Católica.
Fines
- El desarrollo integral de los trabajadores, procurando en todo momento se respete su dignidad y sus derechos, y trabajando por crear unas estructuras sociales que estén al servicio de la persona, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia
- La promoción de los trabajadores basada en la solidaridad humana y cristiana, impulsando acciones que le favorezcan.
Objetivos
- Promueve la promoción y formación integral de los trabajadores, creando obras y servicios.
- Promociona y apoya la participación activa de los trabajadores cristianos en la vida de la Iglesia y de la sociedad.
- Actúa a favor de la justicia, principalmente mediante la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia y la formación de la conciencia social cristiana.
- Impulsa la solidaridad entre todos los trabajadores, con atención especial a los más desprotegidos.
- Promueve la fraternidad junto con las Hermandades del Trabajo de España y Latinoamerica.
Visión
Nuestra voluntad es, al servicio de Dios, en la paz de la justicia, llegar a la mayor unión fraternal con todos los que se esfuerzan por el bien de los hombres.
Valores
- Dignidad y Derechos Humanos
- Justicia
- Paz
- Formación y capacitación
- Acceso a la Cultura
- Responsabilidad y compromiso
- Participación activa
- Igualdad en la toma de decisiones y en el gobierno
Ideario
Nuestra organización queda resumida en los siguientes puntos:
- Somos una organización apostólica y social de trabajadores, por cuya dignidad y derechos lucharemos incansablemente.
- Buscamos el encuentro de los trabajadores con Cristo, mediante el desarrollo perfecto, natural y sobrenatural de la propia personalidad.
- Nos exigimos y pedimos a todos los demás trabajadores conciencia de la responsabilidad como miembros activos de una sociedad humana y sobrenatural.
- Nos proponemos la renovación cristiana de las estructuras sociales, mediante la capacitación adecuada de promociones de trabajadores, que actúen plenamente entregados a esta empresa.
- Nos obligamos a no descansar jamás, luchando para que los trabajadores tengamos el puesto de honor que nos corresponde y se nos exige en la iglesia y en la sociedad humana.
- Exigimos para la familia cuantos medios necesita como institución básica de la sociedad para la educación humana y cristiana.
- Defendemos para la mujer un puesto de igualdad con el hombre, en su actuación social y cristiana.
- Asignamos a nuestras juventudes un puesto de honor y de grande esperanza.
- Nos consideramos miembros militantes de la iglesia, siempre en línea de vanguardia, sin cobardías ni respetos humanos.
- Con sumisión filial a la autoridad de la iglesia, infalible en su destino y magisterio universal defenderemos valientemente las directrices que marque.
- Nos sentimos íntimamente doloridos ante la descristianización de nuestros compañeros de trabajo.
- Nos sentimos en el mundo del trabajo ejecutores del testamente de sangre de Cristo trabajador.
- No nos conformaremos egoístamente con salvarnos cada uno de nosotros, necesitamos la salvación de todos nuestros hermanos trabajadores.
- Lucharemos con nuestro testimonio y con nuestra acción apostólica por la moralización de los ambientes de trabajo, para que el materialismo no destruya la dignidad del espíritu.
- Afirmamos que el trabajo en todas sus formas es la virtud humana más fundamental.
- El trabajo nos hace semejantes a Dios en su acción creadora; nos redime, santifica y tiene valor eterno como acto de amor a Dios y al prójimo.
- No toleramos que nos consideren como instrumentos mecánicos de producción, olvidando que somos, ante todo, hombres, hijos de Dios y con un destino eterno.
- Queremos una mayor cultura humana y técnica para que nuestro trabajo sea más útil a la sociedad.
- Nuestro trabajo no está al servicio del egoísmo, sino del bien común, y afirmamos que quien no hace producir sus propios talentos traiciona a Dios y a la sociedad.
- Propugnamos una justa participación en la riqueza que producimos y afirmamos que defraudarnos en nuestros derechos sagrados es un delito contra la dignidad de la persona.
- No admitimos ninguna tutela que nos considere incapaces de luchar cristianamente para conseguir nuestros derechos indiscutibles.
- Pedimos la supresión de privilegios y concesiones exclusivistas que destrozan el orden económico, social y cristiana.
- Concebimos la empresa como una comunidad de personas encaminadas al bien común y regida por la moral y el derecho.
- Pedimos una organización del trabajo en la empresa que permita al trabajador su iniciativa personal ejercida con sentido de la responsabilidad.
- No podemos tolerar la explotación de los trabajadores por parte de las empresas, con salarios insuficientes y mínima participación en beneficios, causado todo ello o no por la autofinanciación.
- Propugnamos un sistema de Seguridad Social total que garantice vida digna a los trabajadores y a cuantos de ellos dependen, sin gravamen injusto de ninguna clase.
- Defendemos un sistema de asociación laboral auténtico, representativo, responsable y libre.
- Consideramos que el sentido de responsabilidad ha de ser código de honor sindical: de los dirigentes ante sus representados y del sindicato ante el bien común.
- Acusamos de traición a cuantos trabajadores, por coacción o por propio interés, no defiendan en sus puestos de responsabilidad los derechos de sus hermanos.
- Todos los medios justos, sin excepción de ninguno, deben estar a nuestro alcance para defender nuestros propios derechos.
- En nombre de la caridad cristiana condenamos la lucha de clases por inhumana, pero reivindicamos una mayor justicia que acorte la distancia entre los hombres.
- Actuaremos incansablemente para que cada trabajador tenga una conciencia individualizada de sí mismo y que no sea víctima de la despersonalización de las masas sin alma
- Afirmamos que el esfuerzo económico de la sociedad para una mayor capacitación de los trabajadores es una inversión necesaria e ineludible para el bienestar nacional.
- Nadie por su cuna o por su fortuna debe ser privado de sus valores humanos para vivir y dirigir los problemas de la vida pública.
- Las Hermandades del Trabajo nos comprometemos a promover una mayor capacitación profesional y crear cuantas obras sean necesarias para activar la promoción de todos nuestros hermanos.
- Queremos un desarrollo económico y social que favorezca a los trabajadores en las zonas atrasadas y deprimidas.
- Igual que no toleramos la injusticia social y económica entre los grupos de una nación, no podemos tolerar tampoco la injusticia social entre los pueblos.
- Aspiramos a una mayor igualdad económica, social y cívica entre los trabajadores de todo el mundo.
- Pedimos para el mundo del trabajo la perseverancia que se le debe en todos los problemas de la vida pública.
- Reclamamos una distribución geográfica de la vida económica que haga de la emigración un derecho y no una necesidad.
- Exigimos la máxima capacitación y protección para los emigrantes hasta que su vida quede plenamente normalizada.
- Defendemos y exigimos la indiscriminación entre los trabajadores inmigrados y nativos, cualquiera que sea su raza, religión y condición.
- Nuestra voluntad es, al servicio de Dios, en la paz de la justicia, llegar a la mayor unión fraternal con todos los que se esfuerzan por el bien de los hombres.
Cómo nos organizamos
Trabajamos en red
Somos miembros de:
- Vicaría para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación
- Secretariado de Pastoral del Trabajo de la Diócesis de Madrid
- Pastoral del Trabajo de la Diócesis de Getafe (a través del Centro de Alcorcón)
- Consejo de Laicos
- Secretariado de Apostolado Seglar de la Diócesis de Madrid
Estamos relacionados con:
- Cáritas-Madrid a través de la Campaña de Empleo de la Diócesis.
- ICADE – Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Comillas a través de nuestra colaboración con la Clínica Jurídica- Programa Street Law.
Formamos parte de:
- Fundación Abundio García Román
- Consejo Nacional de Hermandades del Trabajo de España
- SERCOIN (Servicio de Cooperación Internacional) que integra las Hermandades del Trabajo de España (Almería, Ávila, Badajoz, Burgos, Córdoba, Guadalajara, Jaén, Jérez de la Frontera, Madrid, Segovia, Sevilla, Valencia y Zaragoza) y de América (Chile -Concepción-, Colombia -Barranquilla, Bogotá y Medellín-, Costa Rica -San José- , Ecuador -Quito- y Perú -Callao, Chimbote, Lima y San Ignacio-)