Estudiantes Hermandades del Trabajo Madrid

Raíces que nos hablan, el ADN de nuestra lengua, idioma que une

El idioma crea comunidad, favorece la inclusión en la sociedad y une los lazos de los recién llegados con la sociedad que les acoge. El idioma abraza y afianza el afecto por el país que recibe. Y, los idiomas, también nos hablan del pasado, de nuestras raíces. Y esas raíces permanecen en el presente, transformadas y transformando la modernidad y la tecnología. 

Cada palabra que usamos, cada concepto que pensamos e incluso los nombres de las marcas que consumimos llevan consigo una huella del pasado. Nuestra sociedad moderna está tejida con hilos de historia, y tres raíces profundas siguen vivas: la grecolatina, la judeocristiana e incluso, algunos tenemos el privilegio de contar con una más, amerindia.

Herencia de Grecia y Roma

La herencia grecolatina nos ofrece palabras, estructuras y, sobre todo, ideas que siguen moldeando filosofía, ciencia y arte. Términos como democracia, dieta, ergonomía o epicentro nos conectan con Grecia y Roma. Marcas modernas como Nike, que toma el nombre de la diosa de la victoria, o Amazon, que evoca aventura y exploración, usan estas raíces para transmitir fuerza, innovación y universalidad.

La tradición judeocristiana impregna valores, símbolos y narrativas que atraviesan siglos. Conceptos como ética, justicia o salvación acompañan nuestra vida cotidiana y se reflejan en nombres de proyectos, instituciones o campañas que buscan inspirar confianza y propósito.

La influencia amerindia, a menudo menos visible, nos conecta con cosmovisiones, rituales y formas de conocimiento que han sobrevivido a la llegada del español de América. Toponimia, gastronomía y símbolos culturales nos recuerdan la riqueza de este acervo.

Hoy, estas raíces no permanecen solo en los libros de historia. Se filtran en nuestro lenguaje, nuestras ideas y hasta en la identidad de marcas globales como Meta, que remite a conceptos griegos de “más allá”, o Instagram, que combina raíces etimológicas con innovación digital. Reconocer estas conexiones nos permite ver cómo pasado y presente dialogan constantemente, de manera sutil, sorprendente y viva.

Descubrir nuestras raíces no es un acto de nostalgia: es un viaje para entender nuestro vínculo con el pasado, nuestro inconsciente cultural colectivo y su influencia en el presente. Cada palabra, cada concepto y cada marca nos recuerdan que civilizaciones antiguas siguen moldeando nuestra cultura.

La tecnología, lejos de ser ajena a esta herencia, se convierte en un puente fascinante: desde algoritmos que aprenden de nosotros hasta plataformas globales, el legado grecolatino sigue inspirando creatividad, innovación y conexión.

El ejemplo del mundo de la tecnología

Vivimos en un mundo donde lo antiguo y lo moderno dialogan constantemente. Lo que ayer fue filosofía, ética o cosmovisión, hoy impulsa ideas, startups y experiencias digitales. Reconocerlo nos permite apreciar no solo la riqueza de nuestra herencia cultural, sino también las maravillas de la tecnología: cómo nos conecta, nos expande y nos ofrece herramientas para crear, imaginar y reinventar nuestro futuro mientras mantenemos un vínculo vivo con el pasado

Escrito por Por Paola B. Cano, docente del CSB Escuela de Español.