Los días 18 y 19 de noviembre la ciudad de Ávila acogió las XXIII Jornadas Generales de Pastoral Obrera. Bajo el lema Ante el #futurodeltrabajo, quehacer de la Pastoral Obrera
Convocadas por el Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española fueron presididas por Monseñor Antonio Algora, su obispo responsable. Estuvo acompañado de Luis Manuel Romero, director del Secretariado de la CEAS.
En ella se dieron cita delegados diocesanos, miembros de los movimientos apostólicos, y de equipos parroquiales de Pastoral Obrera de toda España. Sirvieron de reflexión ante los cambios y las nuevas realidades que se están produciendo en el mundo del trabajo.
Retos y desafios
Del mismo modo se abordaron los principales retos y desafíos a los que debe hacer frente la Iglesia. En medio de un mundo en cambio y transformación, en el que se preguntan cómo debe situarse la Pastoral Obrera hoy ante estas nuevas realidades.
En el comunicado publicado tras la finalización de las XXIII Jornadas Generales de Pastoral Obrera se señala que “la nueva configuración del trabajo manifiesta una profunda deshumanización del trabajo humano y, en consecuencia, de la vida social. Una profunda pérdida de dignidad de la persona trabajadora”.
Asimismo, se indica que esta situación reclama, por ser iglesia de Jesucristo, encontrar una nueva relación con el trabajo. “Hemos de recuperar los elementos que contribuyan a la construcción de una sociedad. Que ponga a la persona humana en un lugar central y al trabajo digno como elemento imprescindible de la integración social y herramienta indispensable para acceder a una vida digna”.
El trabajo como prioridad humana y cristiana
También se afirma que el mundo del trabajo es una “prioridad humana. Y, por lo tanto, es una prioridad cristiana, una prioridad nuestra. Donde hay un trabajador, ahí está el interés y la mirada de amor del Señor y de la Iglesia”.
Esto significa, dicen en el comunicado que siguen empeñados en que “los lugares de la Iglesia sean los lugares de la vida, y en consecuencia también las plazas, las fábricas y todos los centros de trabajo, los hogares”.
Por último, la Pastoral Obrera se compromete “a abrir caminos de humanidad, encuentro y diálogo con las organizaciones sociales y sindicales. Con los militantes cristianos y todos los trabajadores con el objetivo de recuperar la centralidad del trabajo digno para todos .