El sábado 16 de julio de 2022, Las Hermandades de España y América celebraron con una Eucaristía la apertura del 75 Aniversario de su constitución. La misa tuvo lugar en la Parroquia Nuestra Señora de la Paz, y fue presidida por Francisco del Pozo Hortal, Consiliario Nacional y párroco de la misma, a las 20:00 h.
Junto al Consiliario Nacional, concelebraron Ramón Llorente, Consiliario del Centro de Madrid, Fernando Díaz Abajo, Consiliario Nacional de la HOAC, Andrés Arcila Moy, Viceconsiliario del Centro de Madrid, Tomás Priego Martínez, sacerdote adscrito al Centro de Madrid, los ex consiliarios del Centro de Madrid, Manuel García Iruela y Juan Carlos Carvajal Blanco, así como Javier Uriarte, sacerdote colaborador de las Hermandades del Trabajo de Perú.
Fue una Eucaristía vivida y emocionante, de Acción de Gracias y de celebración no solo por los 75 años desde su constitución sino porque, también, es Año Jubilar para Hermandades del Trabajo.
Entre los presentes, también se encontraba María Dolores Megina Navarro, presidenta de la HOAC.
Homilía de Francisco del Pozo, para el 75 Aniversario de Hermandades del Trabajo
La homilía de Francisco del Pozo, Consiliario Nacional, fue entrañable, sencilla y directa al corazón, claramente esperanzadora. En primer lugar, explicó como la Providencia ha llevado a que él fuera elegido como Consiliario de las HHT, siendo párroco de una iglesia muy vinculada a las Hermandades del Trabajo. Y es que esta Parroquia de Nuestra Señora de la Paz cedió terrenos para la construcción de viviendas para los trabajadores más humildes, aquellos que llegaban emigrados a la ciudad a finales de los años 40. Su construcción terminó en 1955.
En su homilía, Francisco, refiriéndose al Evangelio del día, nos decía: “En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea”, no dice más el evangelio que acabamos de escuchar, pero todos sabemos el nombre de esa aldea. La aldea era Betania. (…) Cómo resuena el nombre de Betania en los oídos de los de Hermandades, ¿verdad? Betania es el lugar donde se encuentra Jesús con una hermandad, con un grupo de hermanos, que acogen a Jesús en su casa y su casa se llena de la presencia del Señor. Para don Abundio, Betania era como el espejo en el que quería que nos miráramos los pertenecientes a las Hermandades del Trabajo, pero también debemos mirarnos allí todos los cristianos. ¿Por qué? Porque Betania es un anticipo del Cenáculo. Cómo resuena también, ¿verdad?, el Cenáculo en los oídos, en el corazón de los miembros de las Hermandades del Trabajo. Betania es un anticipo del cenáculo. Porque de la misma manera que aquel grupo de hermanos, acogiendo al Señor en su casa, reciben el regalo de experimentar que se entrega por ellos y para ellos, de la misma manera, un tiempo después, ocurrirá lo mismo en el Cenáculo. Betania es anticipo del cenáculo”.
Continuó Francisco diciendo ¿Sabéis lo que significa Betania? Casa de los pobres. Pues eso tiene que ser Hermandades del Trabajo. Eso tiene que ser la Iglesia. La casa de los pobres. La casa donde todo hombre, en su pobreza, de cualquier tipo, pueda encontrar al Señor que viene a salvarle. Y nosotros, desde Hermandades, con llamamiento muy especial, a los más pobres en el mundo del trabajo. Fijaos. Basta con mirar un poquito alrededor de nosotros, para que nos demos cuenta cómo van unidas, muchas veces de la mano, la realidad de la pobreza de la realidad del trabajo. Cuantas veces una es consecuencia de la otra, o, mejor dicho, de la precariedad o de la falta de la otra. Nuestra misión como Hermandades del Trabajo, tiene que ser, ser una casa para los pobres. Todo nuestro esfuerzo, toda nuestra dedicación, todos nuestros bienes, tienen que estar dirigidos a los pobres, a los trabajadores más pobres. Si no, también deja de tener sentido nuestros propios bienes. ¿Para qué tenemos bienes en Hermandades, si no es para los pobres? Eso es lo que el Señor quiere, eso es lo que el Señor nos dice, y eso es lo que nos enseñó a vivir Don Abundio”.
Siguió nuestro Consiliario Nacional interpelándonos: “A nosotros nos toca acoger su Palabra, como María, y a ponerla en práctica. Y el Señor es capaz de dar vida donde no la hay. Mirad al que estaba sentado a la mesa con Jesús, Lázaro, al poco tiempo es resucitado de entre los muertos. ¿Por qué? Porque se sentó a la mesa con Jesús, porque Cristo era su vida. Mirad a Abraham y a Sara, estériles, ancianos… porque acogieron al pobre, donde Dios estaba presente, se generó vida y tuvieron una descendencia. Si nosotros, como Iglesia, como familia, como Hermandades, hacemos de nuestra vida un Betania, casa del pobre, daremos vida y seguiremos dando fruto. Si no, que el último apague la luz. Si deja de ser esto la Iglesia, casa del pobre, iremos despareciendo todos y que el último apague la luz y pague las facturas”, señaló.
Siguió la Eucaristía y junto al vino y el pan, se ofrecieron las banderas de los países en los que están presentes las Hermandades del Trabajo; velas que simbolizaban la luz que pedimos para este 75 aniversario; el ideario de HHT y el cáliz y la patena de D. Abundio.
La misa incluyó las oraciones a la Virgen del Cenáculo y a San José.
También se hizo una oración y una ofrenda a la Virgen de las Gracias, patrona de Hermandades, y que presidió, desde el altar, toda la Eucaristía.
Tras finalizar la misa, tuvieron lugar las intervenciones Institucionales de la Presidenta Nacional, Emilia Sicilia Tirado, el Presidente De La Fundación “Abundio García Román”, Pedro Martín Nogal y el Presidente Del Centro De Madrid, José David Belén Medina.
Mensaje de Emilia Sicilia, Presidenta Nacional de Hermandades del Trabajo
Emilia Sicilia comenzó agradeciendo la disponibilidad de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz para acoger esta celebración y recordó la vinculación de la misma, y el barrio, a las Hermandades del Trabajo.
También tuvo un recuerdo muy especial, para “nuestros hermanos ya junto al Padre, que nos cuidan desde el cielo, personas que no podremos olvidar, que siempre estarán presentes en esta familia, y a los que este año jubilar les tendremos un especial recuerdo”, afirmó.
Emilia Sicilia continuó diciendo que: “Este año, vamos a poner en marcha nuevas acciones; entre otras, vamos a estudiar los textos de don Abundio, que tanto nos han aportado, actualizándolos a nuestro presente. Tendremos momentos de meditación, tan importante para nuestra fe; realizaremos un encuentro de todos los centros de España y América, que culminará con una peregrinación a Roma y una audiencia con el papa Francisco.
Desde el ámbito más social, hemos puesto en marcha un proyecto de formación, con cursos becados en el campo de las instalaciones industriales, permitiendo obtener un certificado que habilita para trabajar en estos campos, tan demandados actualmente.
Es por eso que seguimos necesitando de vuestro apoyo, pues todos tenemos algo que aportar: vuestro tiempo, vuestro saber hacer, vuestra compañía, vuestra experiencia”, terminó.
Pedro Martín Nogal, presidente de la Fundación Abundio García Román
Por su parte, Pedro Martín Nogal, después de dar gracias al Señor, añadió: “Cuántos derroches de gracias recibidas por parte de Dios. Cursillos, ejercicios, meditaciones, reflexiones, celebraciones, vivencias fraternas de la comunidad, atención a los hermanos, bendiciendo los esfuerzos de todos, etc.”
“Cuantos esfuerzos generosos de todos los militantes que han dado su vida en Hermandades en todos los Centros de España y de América. Cuántos milagros Dios ha hecho con nosotros que ni podíamos sospechar que lo eran. Cuánta santidad en nuestras filas, y esto no es retórica sino realidad. Como ejemplo algunos nombres: comenzando por Don Abundio por supuesto, pero, además: José Ramón Otero, José María Vitoriano, Pilar Jáuregui, Carmina Quiñones, Alberto Linés, Maruja Moreno, María Teresa Martín y muy reciente Pilar García y así podríamos decir de todos los Centros de Hermandades. De la amistad de todos ellos, siempre me he sentido beneficiado. Por todo debemos decir: “gracias Padre Santo por Hermandades”, continuó.
Añadió: “Nadie está en Hermandades por casualidad o por equivocación. Todos hemos venido de la mano de alguien o de alguna circunstancia. En definitiva, porque Dios lo ha querido. Dice el punto primero del Decálogo del militante: “Estimará y apreciará en todo cuanto es y supone su vocación apostólica en favor de sus hermanos trabajadores”.
Palabras de José David Belén, presidente diocesano de Hermandades del Trabajo-Centro de Madrid
Terminó el turno de intervenciones José David Belén que, entre cosas, dijo: En estos 75 años, Hermandades ha pasado por diferentes etapas, pero en constante renovación, llena de cambios y de acciones, siempre enfocada en la experiencia fundacional.”
“Decía don Abundio en las Conversaciones de El Espinar de 1970: “Las obras en marcha necesitan de una constante renovación, si no queremos que se anquilosen (que se vayan paralizando) y con el tiempo se desprestigien. Urge, pues, revisar objetivos y renovar métodos e instrumentos. Unos objetivos caen y otros aparecen en el correr del tiempo. Hay también organismos (Departamentos, Áreas, etc.) que pierden su misión o reclaman dispositivos más actuales”, continuó.
Finalizó José David Belén su intervención diciendo: “Entonces, queridos amigos, esas son las claves a tener cuenta en los próximos años, y las bases para esto son: ORACIÓN, FORMACIÓN Y ACCIÓN. No nos dejemos llevar por nuestros afanes, perdiendo de vista nuestro carisma, convirtiéndonos en adoradores de esa religión de los atareados. UNOS POR OTROS Y DIOS POR TODOS”
La Eucaristía se cerró con la proyección de un video-saludo de los Centros de España y América, tras el que hubo un tiempo en el que los asistentes compartieron un aperitivo y un rato de convivencia.
Fue un encuentro entrañable, una misa de Acción de Gracias que tuvo muchos momentos emocionantes y con la que Las Hermandades del Trabajo inician este año tan importante y significativo desde su constitución. Así encontramos que vivimos “Un nuevo mundo, una misma llamada”.