Con el lema «Dios camina con su pueblo» la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2024, del 29 de septiembre.
En Hermandades lo hicimos en tres momentos: el sábado, domingo y lunes.
El sábado, 28 de septiembre, dentro del XXI Encuentro de Trabajadores Migrantes y Familias Trabajadores, tuvimos presentes a los hermanos refugiados y migrantes en la Eucaristía y, luego, en la celebración en la sede, con distintas actividades. Como siempre, terminamos con una merienda de convivencia.
El domingo 29 de septiembre, domingo, en la Eucaristía de las 11:30 horas, seguimos la liturgia común de la Archidiócesis, para conmemorar la fecha.
El lunes 30 de septiembre, la celebración se trasladó a CSB Escuela de Español para Refugiados, comprometida con la enseñanza del español a las personas refugiadas, el mejor instrumento para poder insertarse en la sociedad española.
Tuvimos unas palabras de bienvenida de los responsables de HHT Madrid y de la Escuela en diferentes idiomas.
A continuación, nos habló nuestro Consiliario Ramón Llorente, compartiendo y reflexionando sobre el mensaje de los Obispos de la Subcomisión para las migraciones y la movilidad humana.
Este es el mensaje, que se leyó después por personas vinculadas a CSB Escuela de Español en español, francés, ruso y árabe:
JORNADA MUNDIAL DE LOS MIGRANTES Y REFUGIADOS.
Ayer domingo, 29 de septiembre, celebramos la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2024 con el lema: “Dios camina con su pueblo”.
A lo largo de la historia, Dios camina al lado de los pueblos, especialmente los pueblos más pobres y oprimidos. Hoy camina con los migrantes y refugiados que huyen a menudo de situaciones de opresión, inseguridad, persecución y guerra, en definitiva, de falta de proyecto de desarrollo y de futuro.
Muchos migrantes y refugiados experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de su salvación. Pero Dios no solo camina con los migrantes y refugiados, sino que camina en los migrante y refugiado, es decir, hay que descubrir al mismo Dios, pobre y errante, en cada migrante y refugiado que llega a nosotros.
Los migrantes y refugiados se están acercando, participando e integrando en nuestra sociedad y en nuestras comunidades cristianas. A veces nos cuesta acogerlos, aceptarlos y entablar amistad con ellos; también hay situaciones y personas que explotan, maltratan y pagan insuficientemente a los migrantes y refugiados. Esto hay que denunciarlo por ser injusto y ser contrario a la voluntad de Dios.
Tampoco debemos idealizar a los migrantes y refugiados. A veces son informales, abusan de la confianza, se explotan entre ellos y se encierran en guetos por países. No son mejores ni peores que los españoles. Tiene las mismas virtudes y defectos. Lo importante es construir todos juntos y unidos una sociedad más justa y pacífica.
Damos gracias a Dios por los españoles buenos que acogen y ayudan a integrarse a los migrantes y refugiados. Damos gracias a Dios porque muchos migrantes y refugiados contribuyen con su trabajo al bienestar de España, y participan de la sociedad, de las iglesias y de las mezquitas.
En la travesía de la historia, Dios nos conduce a todos a la patria celestial, al encuentro con Dios mismo. Allí, al final de los tiempos, no habrá separación en función de las nacionalidades, sino solo en función de dos cuestiones: “¿has amado sin medida?”, “Lo que hiciste a otro, se lo hiciste a Dios mismo”.
Ramón Llorente García. Consiliario Diocesano de HHT de Madrid.
Siguieron unas dinámicas y juegos para conocernos mejor y, después, un aperitivo de convivencia.
Casi 90 personas participaron en esta celebración.
Seguimos trabajando acompañando a los colectivos más vulnerables, que son nuestra prioridad. Y los migrantes y Refugiados, especialmente los que no conocen nuestra lengua, necesitan el apoyo de todos.