El 2 de abril tuvo lugar la presentación del libro Poesía para vencer a la muerte, una antología cuidadosamente seleccionada y prologada por Rafael Rodríguez- Ponga, Doctor en Filología por la Universidad Complutense.
No es una recopilación poética convencional. Esta obra nace del dolor profundo del autor tras la pérdida de su esposa y de su madre. Como él mismo explicó, el libro responde a una necesidad de expresarse a través de las palabras de otros, de dar forma al duelo, utilizando la poesía como medio de catarsis y consuelo.
La portada, una pintura de su madre de una garita en la isla de Guam, encierra un simbolismo personal muy profundo: tierra, mar y cielo como metáforas de vida, muerte y esperanza.
Rodríguez-Ponga, recientemente jubilado, cuenta con un amplio curriculum, del que destacamos su labor como profesor de Lengua Española, en la Facultad de Comunicación, Educación y Humanidades, de la Universitat Abat Oliba CEU, de Barcelona, donde fue rector.
En este coloquio de presentación, le acompañaron su editor, Basilio Rodríguez Cañada, el poeta y docente, David Carril y la directora general de CSB Escuela de Español de Hermandades del Trabajo, María Sabas, que se encargó de moderar el acto.
Además, estuvieron presentes los presidentes diocesanos, María de los Ángeles Sobrino y José David Belén, consiliario diocesano, Ramón Llorente, vicepresidente de la Comisión Pastoral, Fernando García, y vicepresidente de Asuntos Económicos, José Luis Santos. Además de numeroso público, entre los que había otros escritores y poetas.
La presentación tuvo un momento, al comienzo, para la lectura de algunos poemas por parte de Margarita Hernando de Larramendi, del Instituto Cervantes, y por parte de Hermandades del Trabajo, Justa Horrillo y Mirian Pérez.
Durante la presentación, Rafael explicó que el título de la obra no debe entenderse de manera literal. “No se trata de vencer a la muerte física,” dijo, “sino de superar las consecuencias negativas que tenemos cuando muere un ser querido”. Con gran claridad, subrayó que esa pérdida implica, en muchos casos, dos muertes: la física y la del proyecto de vida que compartíamos con esa persona.
El editor Basilio Rodríguez Cañada elogió el trabajo de Rafael, calificándolo de “esfuerzo épico” y destacando su sensibilidad como poeta. “Solo siendo poeta se puede tener la sensibilidad para hacer un proceso de selección tan complicado,” afirmó. También defendió la idea de que este libro tiene un valor curativo: “Dentro de todas las cualidades que puede atesorar un libro, hay una fundamental: la de que puede ser terapéutico.”
Palabras que consuelan, versos que acompañan
Una de las características más singulares de esta antología es su pluralidad. Los más de cien autores seleccionados proceden de distintas generaciones, países, religiones, idiomas y estilos. Algunos son nombres consolidados, otros permanecen inéditos. Pero todos comparten algo en común: haber transformado el dolor en palabras. Como dijo David Carril, “estos poemas son monumentos que traen a la presencia lo ausente”.
El público asistente agradeció la humildad y cercanía del autor y la profundidad de las reflexiones compartidas.
Uno de los momentos más intensos del acto fue cuando se abordó la relación entre poesía y fe. “Aunque no haya una fe religiosa confesional,” comentó Rafael, “sí puede haber un sentido espiritual que nos una en lo humano.” En este sentido, citó un verso de García Montero: “No teníamos fe, pero teníamos palabras para decirnos adios: te quiero o gracias.” David Carril añadió que a veces los poemas se comportan como oraciones, y las oraciones, como poemas. Una afirmación que resonó con fuerza en la sala.
El libro también incorpora algo inusual: dos páginas en blanco al final. Una para que el lector escriba el nombre de su poeta favorito (si no está incluido), y otra para atreverse a escribir sus propios versos. Una invitación a convertirse en el “poeta número 111”. “El 111 eres tú,” dijo Rafael. “Si has llegado hasta el final del libro, quizás ya te inspire un poquito escribir.”
A pesar de la percepción extendida de que la poesía es un género minoritario, Poesía para vencer a la muerte ha tenido una acogida extraordinaria. Ya se han agotado dos ediciones y se prepara la tercera, que estará disponible en la Feria del Libro de Madrid. El libro ha viajado a ferias internacionales como las de Frankfurt, Guadalajara, Bogotá o Lima, y ha conmovido a lectores muy diversos, incluso alejados del mundo literario o de la fe.
La poesía nos libera
“La poesía es útil para liberarnos y para vencer las penas de la vida,” afirmó Rafael, recordando a un lector que se acercó a él en una feria y, tras contarle que había perdido a su padre, le dijo: “Este es el libro que necesito.”
Las aportaciones de los asistentes también fueron conmovedoras. Una de ellas, emocionada, expresó: “Es una experiencia muy personal la que he vivido hoy aquí. No imaginaba que Hermandades pudiera regalarme este momento.” Otra, que se definió como agnóstica y no particularmente cercana a la poesía, aseguró que el libro había despertado en ella un gran interés. “Me parece que puede serme útil de otras maneras,” confesó.
En palabras de otro de los asistentes, “no solo se trata de vencer a la muerte, sino de vivir más plenamente.” Porque, en el fondo, eso es lo que ofrece este libro: una forma de reencontrarnos con la vida después de una pérdida. Un refugio hecho de palabras. Un abrazo que no se da con los brazos, sino con los versos.
María Sabas lo resumió así: “Este libro nos regala un momento. Y nos devuelve el alma un poco más entera.”
Finalizó la presentación-coloquio con las palabras de los presidentes diocesanos. José David Belén agradeció la asistencia e hizo hincapié en que una de las maneras de vivir Hermandades es el acompañamiento, y vivir como cristianos y como militantes, las 24 horas del día.
María de los Ángeles Sobrino se sumó a sus palabras y destacó la riqueza que nos aportó el coloquio y como comprobamos que se puede vivir la hermandad y la fraternidad desde distintos aspectos, y la poesía es uno de los más bellos.
Al finalizar, Rafael Rodríguez Ponga firmó libros a los asistentes que se lo pidieron y luego, todos, pudieron charlar relajadamente, en la planta primera degustando un vino español.
Sobre el autor, Rafael Rodríguez-Ponga Salamanca
Rafael Rodríguez Ponga ha sido Rector de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona y secretario general del Instituto Cervantes. Es Doctor en Filología por la Universidad Complutense. Autor del estudio Poesía para vencer a la muerte y de otros trabajos centrados en el contacto de lenguas y la diversidad cultural y lingüística. Es presidente de la Asociación Española de Estudios del Pacífico (AEEP) y de la Plataforma Internacional de Cooperación y Migración (PICM). Ocupó diversos puestos en los ministerios de Presidencia, Cultura y Asuntos Exteriores, entre otros cargos y ocupaciones.
El libro recoge poemas en más de 16 idiomas, de muy diversos autores y distíntas épocas y el autor los acompaña con un texto propio en el que explica el porqué de su elección y lo que le inspiró de él.