La Capilla de Hermandades del Trabajo-Centro de Madrid, acogió en la jornada de ayer, el tradicional Te Deum, una acción de gracias por el año que termina
Militantes, simpatizantes, afiliados y amigos de Hermandades del Trabajo se reunieron entorno al altar para dar gracias a Dios por su compañía.
Previo al rezo del Te Deum se celebró una Eucaristía en la que todos, dieron gracias a Dios por su “bondad y misericordia”, tal y como señaló Natalino Rendo, sacerdote adscrito al Centro de Hermandades de Madrid.
Homilía
En la homilía, Natalino Rendo señaló “hoy, festividad de San Juan Evangelista son muchas las cosas que podemos aprender de él pero yo me voy a referir a tres que son fundamentales para nuestra vida cristiana: ser buenos discípulos, amar sin medida y ser apóstoles testigos del Señor”.
¿Qué significa se buen discípulo? se preguntaba Natalino, ser un aprendiz, saber escuchar. “Como discípulos tenemos que poner en primer lugar de nuestra vida al Señor Jesús, recibir sus enseñanzas e ir en busca de aquellos que necesitan de esperanza y amor para que puedan seguir al maestro”.
Amar sin medida
Recordaba también Natalino que San Juan Evangelista nos enseña a amar sin medida. “Es un amor desinteresado, auténtico que me lleve al encuentro del otro. Un amor que me haga el último de todos y me lleve a entregarme totalmente por la causa de Dios. Un amor sincero con un corazón bien dispuesto y abierto al Señor dónde no sea mi voluntad la que se imponga sino que sea la voluntad de Dios la que crezca en nuestra vida como cristianos”.
Apóstoles testigos del Señor
Por último, indicó que San Juan Evangelista nos enseña a ser Apóstoles para que el mundo pueda “ver y creer como dice el Evangelio”. “El mundo tiene que ver y creer que Jesucristo es el Señor, es el verbo encarnado que vino al mundo, lo transformó todo y nos dio la oportunidad de reconciliarnos con el Padre para que el mundo pueda ver y creer que Jesucristo es el Mesías”.
En este sentido, manifestó que “el gran desafío que tienen los cristianos como apóstoles es el de ser enviados para proclamar la verdad y decir que Jesús ha nacido para darle al mundo algo diferente para traer consuelo y paz. Para decir que el mejor camino para construir el bien común es el amor y la misericordia y eso es lo que nos enseña San Juan Evangelista con su ejemplo de vida”, concluyó.
Palabras de los presidentes del Centro de Hermandades de Madrid
Para concluir este acto, tomaron la palabra los presidentes del Centro de Madrid, quienes felicitaron la Navidad a todos los presentes. En su uso de la palabra, María José Plaza Bravo, aprovechó para recordar que el año que ahora finaliza ha estado marcado por la clausura del 70 aniversario de Hermandades del Trabajo y su exposición fotográfica conmemorativa de esta efeméride. “En el 2019 también será un año importante para Hermandades, celebraremos el XXX aniversario del fallecimiento del Siervo de Dios y nuestro fundador, D. Abundio García Román. Además, este tiene ser un año en el que pidamos vocaciones. Es muy importante aprovechar cualquier momento que estemos en comunidad para poner delante de Dios la necesidad que tenemos de vocaciones”, indicó María José.
Por su parte, Marcos Carrascal Cavia, en su intervención señaló que todos los congregados en este acto tenemos que dar la gracias “por la vida, hoy echamos en falta a compañeros y hermanos de viaje que el año pasado estaban aquí con nosotros. Dios ha querido darnos a ti y a mí nuevas oportunidades en este año que finaliza para que hayamos dejado inundar por él.
También tenemos que dar gracias “por seguir siendo fieles a la iglesia de una u otra forma estamos aquí no por nuestros méritos sino porque Dios a puesto a nuestro lado hermanos, compañeros y a personas que nos han orientado, animado, sostenido, a lo largo de este año. Esas personas tienen para cada uno de nosotros nombre, apellidos e historia. Una historia de las que nosotros formamos parte y es de agradecer a Dios y a ellos el habernos hecho un hueco en sus vidas.
Por último, indicó que también es un motivo para dar gracias el seguir siendo fieles a la “Iglesia en Hermandades del Trabajo: podíamos estar en otro sitio pero estamos aquí, colaborando, acompañando, participando. Dios nos permite y nos ayuda a que realicemos aquí nuestra misión. Misión adecuada a nuestras fuerzas y capacidades”.