“Muchas posibilidades de estrechar aún más los lazos entre la Delegación y Hermandades del Trabajo-Madrid”.
Esta ha sido una de las conclusiones de la visita que nos hicieron D. José Luis Segovia, vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación, y D. Rufino García Antón, delegado Episcopal de Movilidad Humana, de la Archidiócesis de Madrid al centro de Hermandades del Trabajo de Madrid, el 25 de abril.
La visita respondía al deseo de conocer en profundidad el trabajo de HHT en los Programas de Trabajadores Migrantes, Familias Trabajadoras, de CSB Escuela de Español para Refugiados, SOS Refugiados y otros programas de Innovación Social que se llevan a cabo en nuestra entidad. Sus objetivos: acoger, orientar, ayudar y crear espacios de convivencia.
Los acompañaron en la visita y presentación la presidenta diocesana, M.ª de los Ángeles Sobrino, el vicepresidente de la Comisión Pastoral, Fernando García, el vicepresidente de asuntos económicos, José Luis Santos, y otros responsables de estos proyectos dedicados, principalmente, a apoyar a los más vulnerables.
Conociendo los Programas de Innovación Social
Tras la presentación de los distintos programas y de la forma en la que trabajan, conocieron algunos testimonios. Después, hubo tiempo para un fructífero intercambio de ideas sobre posibilidades y retos que tenemos todos los que formamos la Iglesia en Madrid, y cómo podemos colaborar para que las iniciativas lleguen y beneficien a más personas.
A continuación, visitaron los locales de la Fundación Abundio García Román, el CSB Escuela de Español y sus aulas y escucharon al coro juvenil que se está formando en nuestro Centro.
Además, se interesaron por el trabajo que lleva a cabo el Área de Acogida, conociendo a quienes componen el equipo y comprobando in situ como trabajan.
Los trabajadores migrantes, en palabras de D. José Luis y D. Rufino, son una opción preferente De la Iglesia, al hilo de esta información.
Una conclusión de esta visita fue que todos los que formamos la Iglesia, distintas realidades con distintas tareas, trabajamos mejor juntos y llegamos a más personas que necesitan saber que no están solos.
La riqueza de la Iglesia está en todas las personas que la forman y caminar de la mano, como cristianos unidos, es ejemplo de comunidad.
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